
Se suele pensar que esta enfermedad solo se padece cuando uno ya es mayor, no podríamos estar más equivocados. El deterioro se produce progresivamente y se puede afirmar que a partir de los cuarenta todos somos víctimas de la artrosis en mayor o menor grado, dependiendo del estilo de vida que cada uno lleve y de cómo sean nuestros huesos. A causa de nuestra posición erecta, nuestras lumbares y cervicales bajas son las que más carga aguantan y las zonas en las que la artrosis ataca primero. Las rodillas, codos, muñecas y demás articulaciones no se ven exentos de el inevitable deterioro pero en ellas es posterior. La anquilosis, comúnmente conocida como la soldadura, es la fusión total o parcial de los componentes de la articulación, producido por el sedentarismo. El sedentarismo es causado por el dolor que puede llegar a causar la artrosis, cuyas causas son las siguientes. La artrosis causa la fricción entre hueso y hueso, lo cual por si no era obvio, no nos deja indiferentes, nos causa mucho dolor. Todo esto hace que nos quedemos quietos para evitar el dolor, pero esa es la peor de las opciones, ya que haciendo ejercicio moderadamente el dolor se puede disminuir, y además al estarse quietos, nuestros huesos se pueden soldar, lo cual disminuiría enormemente muchos de los movimientos que podíamos llevar a cabo antes del sedentarismo.
La artrosis es la enfermedad más vieja del mundo. No solo ocurre en humanos, sino que también se ha encontrado en camélidos, caballos, bisontes, renos, panteras e incluso mosasaurios. En esqueletos humanos se ha podido encontrar restos de ella en neandertalenses de Francia. En individuos actuales el número de esqueletos encontrados que padecían artrosis aumento a medida que ha aumentado la longevidad. La patología ocurría en el pasado, ocurre ahora y seguirá afectando a nuestros sucesores. En nuestras manos está encontrar una solución para esta enfermedad.
Carmen Pérez Garrido
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